domingo, 27 de abril de 2014

SILLAS COOPERTIVAS


Organización: Se disponen las sillas formando un círculo, con el respaldo hacia el centro. Todos los jugadores se sitúan de pie por fuera de dicho círculo.

Descripción: Mientras suena la música, todos se mueven a su ritmo dando vueltas alrededor del círculo de sillas. Cuando la música deja de oírse, todos buscan una silla en la que sentarse.
El objetivo del grupo es que nadie se quede en píe, por tanto se sientan unos jugadores encima de otros compartiendo la silla. Se van quitando sillas a medida que avanza el juego.
¿En cuántas sillas es capaz de meterse el grupo?.
Materiales: Sillas, tantas como jugadores menos una y un reproductor de música.

 

BÚSQUEDA DEL TESORO (compartir)

        Las actividades de Búsqueda del Tesoro, son ideales para los niñ@s, pues les encanta oír historias de personajes fantásticos a la vez que interactuan en ella. 
          Antes de comenzar la actividad y con el fin de despertar el interés de los pequeñ@s, dejamos una botella en la clase o en el lugar elegido para comenzar la actividad, que contendrá un mensaje, se trata del pergamino que contiene el cuento pirata. Los participantes encuentran de casualidad la misma, y comentamos entre todos de que se trata. A partir de ese momento se les leerá el cuento de piratas. Luego todos nos caracterizamos como piratas (pintar un parche en el ojo y alguna cicatriz, un pañuelo en la cabeza, etc) y comienza la Búsqueda del Tesoro, que es la realización de un conjunto de juegos y actividades, que al concluir tienen como recompensa un tesoro que han de compartir entre tod@s. 

         Si disponemos de un proyector, podemos ayudarnos de imágenes de fondo, a la vez que contamos el cuento. En el siguiente enlace hay un ejemplo que puede ser de utilidad.
http://prezi.com/ndy6xxdcz80l/el-pirata-bonachon/?utm_campaign=share&utm_medium=copy

1) Cuento: "El Pirata Bonachón"
        Había una vez, hace mucho tiempo, un barco que navegaba por los mares del sur. Era un barco pirata y al mando estaba el Capitán Bonachón. El Pirata Bonachón no era un jefe pirata como todos los demás, este pirata se dedicaba a ayudar a la gente en apuros, por eso le llamaban Bonachón. Tenía un garfio en una mano, un parche en un ojo y una pata de palo, y es que era un poco despistado este pirata y todo lo perdía. Una tarde, mientras otros piratas malos le atacaban, entre el enorme lío de gente, perdió una pierna y nunca la volvió a encontrar y en su lugar tuvo que ponerse una de madera como hacían todos los piratas. Y lo mismo le ocurrió con la mano y con el ojo.
        Un día durante un viaje por alta mar, se desató una tormenta con truenos, relámpagos y mucha, mucha, mucha lluvia. Y ¿sabéis lo que pasó? Uno de los piratas de su tripulación, el Pirata Torpón, se tropezó y por la borda cayó al mar. El Pirata Torpón, rápidamente se agarró a un tronco que encontró en el agua y abrazado a él se durmió. Las olas le llevaron hasta una isla y cuando despertó, buscando algo de comida, encontró un gran tesoro. Mientras tanto, el Pirata Bonachón, se percató de la ausencia de su buen amigo el Pirata Torpón y decidió ir en su búsqueda. 
          Así, junto con su tripulación recorrió los siete mares en busca de su amigo, con la ayuda de su preciada brújula y la fuerza del viento. Tras varios días navegando y navegando divisaron con un catalejo tierra en el horizonte:
¡Tierra a la vista!, ¡y se ve humo!” -gritó el vigía desde lo alto del mástil. Habían visto una isla en el horizonte. Allí estaba el Pirata Torpón haciendo señales de humo.
         Bonachón atracó su barco en la playa de la isla y desembarcó para salvar y rescatar a su buen amigo el Pirata Torpón. Tan agradecido estaba el Pirata Torpón con su amigo el Pirata Bonachón, que decidió compartir el gran tesoro que había encontrado.
           Juntos decidieron enterrar el tesoro como hacían todos los piratas, para recuperarlo después. Pero como ambos eran tan despistados, se olvidaron de dónde estaba. ¿Queréis que vayamos a buscarlo?.

          Una vez que todos estamos listos para buscar el tesoro, se otorga a los niñ@s la primera pista que deben resolver, pues les conducirá al lugar en dónde hallarán un pergamino que describe la prueba que deben superar para obtener la siguiente pista. Así, hasta que la última les lleve por fin al tesoro, que como se ha dicho anteriormente, compartirán entre todos. 
      Estos son algunos ejemplos de pistas y pruebas, aunque se harán las que se deseen, dependiendo de la duración que otorguemos a la actividad.




















Por último, un ejemplo de cofre del tesoro: 



LOS CALAGUARRIS (cuidar la naturaleza)

        Todo el mundo sabe que la historia de nuestro planeta cambió para siempre algún tiempo después de los juegos olímpicos de Pekín. Sucedió que las costas y mares de la tierra se llenaron de una especie animal muy dañina y contaminante, parecida a un calamar, a los que se llamó "calaguarris". Los calaguarris eran numersosísimos e imposibles de atrapar, pero lo peor era que llenaban las aguas del mar de aceites, latas, papeles y todo tipo de basuras. La situación era terrible, pues el planeta se contaminó a toda velocidad, y se organizaron cazas y equipos de investigación avanzadísimos para intentar acabar con aquella plaga. Pero nadie era capaz ni siquiera de pescar un calaguarri.

        Pito Pescaito fue el primero en conseguirlo. Era un niño que vivía en una pequeña aldea de pescadores y cuando enseñó su calaguarri se convirtió en el niño más famoso del mundo. A la aldea llegaron sabios, científicos y gobernantes de todas partes para estudiar aquella especie. Todo se preparó para abrir al animal, e incluso iba a ser retransmitido por televisión a todo el mundo...
Así que todo el mundo alucinó cuando al abrir el calaguarri descubrieron una minúscula nave espacial del tamaño de zapato con unos marcianitos dentro. Resultó que eran simpáticos y divertidos, y muy listos, y en muy poco tiempo estaban hablando con los gobernantes del mundo, todos muy enfadados con la actitud tan sucia y contaminante que tenían con el planeta. Así que todos esperaban una explicación para un comportamiento tan poco civilizado...

        - Venimos de un planeta que iba a ser destruido - comenzaron explicando-. La tierra nos gustó tanto, que estuvimos días espiando lo que hacíais los humanos, para poder quedarnos aquí haciendo lo mismo y que fuerais felices. Por eso, al ver que plantabais latas, papeles y aceites, inventamos unas máquinas carísimas que hacían lo mismo, y escondidos en disfraces de calamar, tratamos de vivir felices y en paz. ¿Estáis contentos? ¿podemos quedarnos? por fiiii....

         Los calaguarris se quedaron esperando una respuesta. Pero nadie dijo nada. Todos, hasta los que lo veían por televisión, estaban rojos de vergüenza,recordando la última vez que habían tirado un papel o un poco de aceite al suelo. Y todos los que lo vimos, seguimos recordando cómo unos inocentes marcianitos nos hicieron darnos cuenta de lo poco que cuidábamos el planeta.


EL DÍA DEL SILENCIO - (cuento para la integración)

      Regal no podía oír nada. Era un niño normal en todo, pero había nacido sordo. Era muy famoso en el pueblo, y todos le trataban con mucho cariño, pero a la hora de la verdad, no le tenían muy en cuenta para muchas cosas. Los niños pensaban que podría hacerse daño, o que no reaccionaría rápido durante un juego sin oír la pelota, y los adultos actuaban como si no fuera capaz de entenderles, casi como si hablaran con un bebé. A Regal no le gustaba mucho esto, pero mucho menos aún a su amigo Manuel, que un día decidió que aquello tenía que cambiar. Y como Manuel era el hijo del alcalde, convenció a su padre para que aquel año, en honor de Regal, dedicaran un día de las fiestas a quienes no pueden oír, y durante 24 horas todos llevaran unos tapones en los oídos con los que no se pudiera oír nada. 
         La idea fue muy bien recibida, porque todos querían mucho a Regal, que durante las semanas previas a las fiestas tuvo que aguantar bastantes miradas de lástima y sonrisas compasivas. Y el Día del Silencio, como así lo llamaron, todos fueron a ponerse sus tapones con gran fiesta y alegría. La mañana estuvo llena de chistes, bromas y risas, pero según fueron pasando las horas, todos comenzaron a ser conscientes de las dificultades que tenían al no poder oir. Pero todo lo que aprendieron sobre lo difícil que era vivir así, no fue nada comparado con el gran descubrimiento del día: ¡Regal era un fenómeno! Como resultaba que ya nadie se fijaba en su sordera, aquel día Regal pudo jugar a todo como cualquier niño, y resultó que era buenísimo a casi todo. Y no sólo eso; Regal tenía una mente clara y ágil y aquel día como nadie tenía la prisa habitual todos pudieron atender a Regal, que era quien mejor se expresaba por gestos. Y todos quedaron sorprendidos de su inteligencia y creatividad, y su facilidad para inventar soluciones a casi cualquier problema. Y se dieron cuenta de que siempre había sido así, y que lo único que necesitaba Regal era un poco más de tiempo para expresarse bien.
         Así que el Día del Silencio fue el del gran descubrimiento de Regal, y de que había que dar a todos la oportunidad de demostrar lo que valían. Y para que otros aprendieran la misma lección, desde aquel día, cada vez que alguien visitaba el pueblo le recibían con gran alegría, poniéndole un gran gorro con el que no se podía oír nada.
(Este cuento podemos complementarlo realizando una actividad complementaria en la que los niñ@s puedan experimentar la ausencia de uno de los sentidos como en este caso el oído, la vista, etc)


martes, 8 de abril de 2014

PORTAFOTOS - REGALO PARA DÍA DEL PADRE

    Esta manualidad es una buena opción para regalar a los papis en su día. Fácil de hacer y con pocos materiales y económicos. Perfecta para realizar por alumn@s de infantil.

Materiales:
                    . Plastilina (color a elegir)
                    . Cartón
                    . Palitos de madera.
                    . Pegamento líquido.
                    . Lápices de colores.
                    . Pinza pequeña.
                    . Tarjeta dedicatoria.
                    . Fotografía del niñ@ con su padre.
                    . Papel decorativo.
                    . Cinta decorativa.

Pasos:

- El niñ@ juega con la plastilina y realiza la figura que más le guste. Utilizamos el pegamento para unir las piezas que lo requieran.


- Realizamos un pequeño círculo de cartón que será la base a la que también ira pegada la figura.
- Pegamos la pinza pequeña a un extremo del palito de madera, como se observa en la fotografía. Luego pegamos a su vez el palito a la figura, pues ahí se colocará la tarjeta y la fotografía.
- A continuación, los niñ@s decoran la tarjeta y pegan la foto en la parte trasera de la misma.
- Una vez lo tenemos todo, envolvemos el regalo en el papel decorativo como indica la foto, y ya está nuestro regalo para el día del padre.